El Bar Balón de Oro situado en el barrio de Sarrià de Barcelona ha cerrado sus puertas. Hace unos días los clientes de toda la vida se acercaban para despedirse de Xavi, su carismático propietario, con efusivos abrazos y deseos de buena suerte. En la entrada del establecimiento figuraba un cartel de despedida en el que se anunciaba el cierre y se daba las gracias a los clientes por su fidelidad y amistad a lo largo de los años. Pero el local no permanecerá vacío por mucho tiempo. En su lugar, abrirá las puertas un nuevo establecimiento de la cadena de cafeterías-restaurante Sandwichez. La operación de traspaso y alquiler ha sido asesorada por el departamento de Locales Comerciales de Busquets Gálvez.
El Balón de Oro, uno de los bares más emblemáticos de este barrio barcelonés, ha ocupado durante años la planta baja del número 16 del Passeig de la Reina Elisenda, cerca del precioso edificio modernista construido en 1911 que acoge el mercado de Sarriá. Gracias a su ubicación, muy próximo a la entrada de varios colegios de la zona y a la estación de FGG, ha sido un establecimiento popular entre los vecinos de Sarrià que acudían a desayunar o a merendar. El Balón de Oro también contaba con una clientela fiel entre los aficionados al fútbol, que se congregaban allí para disfrutar de la retransmisión de cualquier partido en compañía de amigos y una caña.
Una vez El Balón de Oro ha bajado la persiana, Sandwichez tomará el relevo de este local situado en una de las vías más comerciales y concurridas del barrio de Sarrià. Esta cadena local de cafeterías cuenta ya con varios establecimientos propios en Barcelona, en los que se sirven productos frescos y de calidad a precios asequibles. Su carta consta de bocadillos fríos y calientes, con diferentes tipos de pan, ensaladas frescas, zumos naturales y pasteles, un concepto de calidad premium que encaja muy bien con el público de Sarriá.
Precisamente, Sarriá es de los pocos barrios barceloneses que todavía conserva íntegra su personalidad, quizá porque fue un municipio independiente hasta 1923, año en que se anexionó a Barcelona. En el barrio conviven «sarrianencs» de toda la vida, que todavía hablan de «bajar a Barcelona» cuando quieren desplazarse al centro de la ciudad, con parejas jóvenes con niños y ciudadanos comunitarios acomodados. Muchas de sus calles y plazas, con pequeñas casitas de pueblo muy bien conservadas, se han convertido en peatonales, por lo que resulta un lugar ideal para pasear, ir de compras o tomar un café.
Por lo que respecta a su oferta comercial, en Sarrià se pueden encontrar aún muchos de los establecimientos y comercios «de toda la vida», que han aguantado los embates del comercio moderno y han conservado su estética tradicional, como la Pastelería Foix -toda una institución en la ciudad, conocida por ser propiedad de la familia del poeta J.V. Foix-, los emblemáticos bares Monterey, Casa Pau y Tomás – en este último muchos afirman que se sirven las mejores bravas de Barcelona-, restaurantes como Casa Joana y Antiga Casa Rafael, la cesteria Castillo, la colchoneria Mota o el colmado Ripol y las mercerías Bricall y Trebol.
Más información sobre locales comerciales en alquiler y venta en Barcelona y Madrid.