Con un impacto económico cercano a los 1.300 millones de euros anuales, las start ups tecnológicas con base en Barcelona están insuflando dinamismo en el mercado de alquiler de oficinas. El empuje de este sector y la capacidad que muestra año tras año la ciudad condal para atraer emprendedores e inversores internacionales garantizan para el 2018 una demanda estable en un contexto marcado por la incertidumbre.
En los últimos cinco años, Barcelona se ha hecho un lugar en el ecosistema emprendedor europeo más ligado a la innovación y la tecnología. De hecho, es la tercera ciudad preferida para instalar una start-up entre los emprendedores europeos, sólo por detrás de Londres y Berlín, según se desprende del informe annual elaborado por Atomico, el fondo de capital riesgo británico especializado en start-ups de base tecnológica. Año tras año, Barcelona escala posiciones en los diversos rankings que elabora la compañía.
Sin ir más lejos, de los 82 millones de euros en inversión que el sector captó en 2013, en 2015 pasó a los 280 millones de euros. El año pasado consiguió doblar está cifra al atraer 589 millones de euros, acaparando así el 57% de la inversión realizada en España, por delante de Madrid (38%). Una cifra importante aunque muy por detrás de las registradas en Londres (4.147 millones), Berlín (1.677 millones) y París (1.230 millones). También se está revirtiendo la tendencia a que el capital invertido sea mayoritariamente de procedencia extranjera. En el último ejercicio, los inversores nacionales ya aportaron más de la mitad de los fondos en las diferentes rondas de financiación llevadas a cabo en nuestro país.
Más inversión y mayor necesidad de espacios de oficinas
El ritmo de crecimiento del sector en términos de inversión, se traduce de forma directa en la tasa de creación de empleo. Según datos recogidos en el directorio Barcelona & Catalonia Startup Hub, las más de 1.200 startups catalanas generan actualmente 11.700 puestos de trabajo y facturan un promedio de 1,2 millones de euros. Por ello, la demanda de espacios de oficina en Barcelona por parte de estas empresas se mantiene fuerte.
“Si bien las más incipientes optan por instalarse en centros de coworking, una vez superada la primera ronda de financiación empiezan a buscar su propio espacio y si el modelo de negocio resulta exitoso pronto necesitan mudarse a oficinas más grandes” señalan desde el departamento de Oficinas de Busquests Gálvez.
Este es, por ejemplo, el caso de Typeform, la start-up que está revolucionando el negocio de los formularios online. Sus dos socios fundadores se conocieron en un coworking. Desde allí arrancaron el proyecto y cuando tomó forma se mudaron a un espacio más grande. Hoy, la start-up ha crecido gracias a varias rondas de financiación, da empleo a unas 170 personas y ocupa una oficina de 2.000m2 en el distrito tecnológico de Barcelona, tras una operación de alquiler asesorada por Busquets Gálvez.
También Barcelona Tech City, la organización que agrupa a start-ups, inversores y empresas del sector digital, está buscando nuevos espacios. Los cerca de 10.000 m² de Palau de Mar donde instaló su hub digital en verano de 2016 asesorada por Busquets Gálvez se le han quedado pequeños y apuesta por ampliar su sede con el alquiler de nuevos edificios en la zona del puerto.
Otros casos de éxito recientes dentro del sector tecnológico como Letgo, Cabify, Glovo o Wallapop demuestran que el ecosistema emprendedor en la capital catalana goza de buena salud, lo cual representa un estímulo importante al mercado de oficinas de alquiler.